La verdad es que estos días he estado pensando en lo tanto que he hecho en este proceso de cuarentena. Ha sido una gran oportunidad de REamar, de REspirar, de REcapacitar, de REpensar, de REconectar, de REmeditar, de REcocinar, de REencontrar, de REaprender, de REdescansar, de REleer, de REequilibrar, de REentrenar, de REevaluar, de REactivar, de REvivir…
Estamos acostumbrados a tantas actitudes, REacciones y a hacer actividades en automático que no nos damos el tiempo y no nos permitimos pensar en lo que está sucediendo a nuestro alrededor, ni en lo que se gesta en nuestro día a día. Esta más que comprobado, que cada acción genera una respuesta de regreso, la cual incide en nuestra realidad de la manera en que la percibamos, ni buena, ni mala, pero que con seguridad transforma nuestra realidad como tal. Ahora bien, tan solo imagina ¿qué podrías esperar de regreso si todo lo que piensas, decides y accionas lo haces de manera inconsciente?
Aquí es donde se potencializa la fuerza del RE, una nueva perspectiva de vivir de manera consciente que empieza desde la REconexión y REestructuración de quien eres hoy para llegar a convertirte en la esencia elemental que hay dentro de ti.
Como adultos, hombres y mujeres, seguimos recibiendo estímulos externos, de nuestras parejas, de la sociedad, de familiares (sobre todo de mamá y papá) y de amigos quienes nos siguen indicando que es lo que deberíamos hacer, es una realidad que muchas veces lo permitimos sin darnos cuenta de lo que esto puede significar en nuestras vidas. Realmente depende de cada uno de nosotros aceptar estos estímulos o bien descartarlos e integrar estímulos propios que nos permitan crear una nueva identidad en concordancia y en equilibrio con nuestro ser interior.
Es por esta razón que, en mi experiencia diaria, sobre todo en la coyuntura en la que estamos viviendo en este presente, tomé la decisión de aplicar el “re” a todo. REtomé aquellos hábitos, actividades y hobbies que me llenan de energía y me hacen vibrar en una frecuencia totalmente positiva, convirtiéndose en un proceso liberador. Gracias a esta decisión me siento tranquilo conmigo mismo y con mi entorno.
Con seguridad, esto va a pasar muy pronto y saldremos fortalecidos del alma, mientras tanto seguiré en modo RE.
¡Te deseo un feliz REencuentro!
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