La respuesta es “si se puede”.
La mayoría de las personas relacionan este tema directamente con la comida y/o peso, sin embargo, va más allá de estos conceptos. Comprometerse uno mismo con un estilo de vida saludable significa trabajar con tu mente/alma/cuerpo y así generar un equilibrio sano y/o absoluto en relación al descanso, ejercicio, comida y la naturaleza.
Para lograr este equilibrio, es necesario replantear varias situaciones de la vida cotidiana y tomar la decisión de hacer “el cambio”. No tengas miedo, haz el compromiso contigo misma, contigo mismo y experimenta poco a poco la transformación de tu mente, de tu alma y de tu cuerpo.
Hoy te hablo con la certeza de haber vivido esta transformación, te confieso que después de 4 años de haber tomado la decisión me siento pleno, feliz, lleno de amor por mí mismo. Te cuento mi secreto, no hice dietas milagrosas, no le presté atención a los comentarios necios, no tomé medicamentos chinos, ni batidos especiales, no contraté a un instructor personalizado, ni seguí un plan específico… el secreto fue elegir vivir de manera saludable y lo logré siguiendo estos pasos:
– Dejé atrás mucho de los paradigmas sociales que te llevan a consumir y a tomar cualquier tipo de productos, que aparentemente no son dañinos, cuando en realidad no te benefician en absoluto. Es un tema complicado que se desarrolla entre el marketing, el poder de las grandes marcas y mercantilismo imperativo de esta sociedad actual (este tema lo desarrollaremos más a detalle en otro post).
– Decidí tomar el control de mí día a día y cambiar de manera consciente los hábitos que no me estaban aportando nada positivo. Esto lo logré prestando mucha atención al desarrollo de mis actividades durante la jornada. Al principio me hacía algunas de estas preguntas, ¿cuánto debo dormir?, ¿cuánto y qué debo comer?, ¿cuáles son mis opciones?, ¿cuántos minutos de ejercicio debo hacer?, ¿estoy haciendo lo correcto?, ¿será suficiente lo qué estoy haciendo?, ¿tendré el tiempo para hacerlo?, ¿si yo lo hago, todos deben hacerlo igual?, ¿qué tanto tiempo debo invertir para lograrlo?, etc. Si ya has pensado en alguna de estas incógnitas quiere decir que vas por buen camino, ten paciencia, lo lograrás si te comprometes contigo misma, contigo mismo.
– Me comprometí conmigo mismo y empecé a trabajar todos los días con mi mente/alma/cuerpo, dediqué tiempo, espacio y compromiso, bien sea a través de la meditación, el ejercicio, el descanso y el buen comer… inclusive todas las anteriores. No te lo voy a negar, al principio fue difícil porque significa cambiar muchas maneras de hacer las cosas, tuve algunas recaídas, sin embargo, una vez que pasas la barrera del cambio de hábito todo se convierte en algo normal y especial. Los cambios internos/externos los empiezas a ver tu misma, tú mismo, después de un período de 21 días, después de unos 60 días la gente (familiares, amigos, compañeros de trabajo) empieza a darse cuenta de que tu actitud y cuerpo ya no son los mismos y que vas en serio, después de los 90 días ya eres una ganadora, un ganador, haz logrado “el cambio” y seguramente te sentirás de lo mejor en ese momento.
– De entrada hice un plan con objetivos claros que me permitiera tener la flexibilidad para poderlo cumplir, leí y aprendí mucho, me empapé de los temas de interés respecto a cambios saludables. Es muy importante no caer en la ansiedad y pluralidad de información que hoy en día tenemos al alcance, NO leas todo lo que se te atraviese, se más selectivo, aprovecha las sesiones, cursos y/o talleres que ofrezco, de seguro te van a ser de mucha utilidad.
– Un punto muy importante, me reconecté con la vida y la naturaleza, es impresionante como te nutres de energía positiva.
Después de 4 años los cambios se hacen presentes en mi día a día, me alimento de manera saludable (tema de alimentación que desarrollaremos a detalle en otro post), duermo y descanso más de 8 horas, hago ejercicios de 4 a 5 veces por semana, he bajado 37 kilos de peso, voy al parque más cercano cada vez que puedo escaparme y prácticamente todos los fines de semana… cada vez que puedo invento cualquier excusa para compartir y disfrutar en familia.
Hoy por hoy me siento bien conmigo mismo, soy feliz y estoy viviendo la mejor etapa de mi vida, el ahora.
Te invito a que tengamos una llamada de 30 minutos y hablemos al respeto. Estoy para ayudarte en lo que estás viviendo en este momento.
Miguel. Te leo y me alegras.
Saber cómo has ido construyendo tu propio camino y percibir en tus palabras lo feliz que ello te hace. Celebro estos resultados y deseo con toda mi alma, sigas creciendo y que te sea prospero este caminar. Para poder hacer el bien a tantas personas que puedan necesitar de ti. Desde el corazón te hago llegar muchas muchas bendiciones.